Es una técnica muy fácil, con la que los niños pueden decorar por sí mismos la ropa con un resultado sorprendente.
Sólo hay que pintar con los rotuladores unos puntos alrededor formando anillos, estrellas,... y luego se echan unas gotas de alcohol en el centro para que se difumine el dibujo. Una vez seco, se pueden añadir detalles con los mismos rotuladores.
En teoría la pintura no debería salir con los lavados. Pero, para asegurarse, se puede fijar con calor (la plancha o la secadora)